jueves, 9 de octubre de 2008

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Miércoles era una rata disléxica. Por eso siempre confundía las palabras como si viviera permanentemente bajo los efectos del garrafón (o matarratas).

Y así, sin querer, alteraba el significado del lenguaje: usaba cocos para referirse a los mocos, llamaba putera a la frutera y hasta le decía mema a su mamá.

Pero lo peor de todo es que también cambiaba las letras de sitio dentro una misma frase. Y aquello sí que resultaba un galimatías, liga más tía, agita limas o magia si tal…

Como no podían ser otros, los no muy audaces tiparracos del FanzineX, le pidieron que colaborara con un texto para su largamente esperado número dos.

Lejos de amilanarse, mear sin ala, alienar más o hacerse cacotas ante tan elevado honor, aceptó el reto.

Entonces escribió la consigna: Ratas de Barcelona. Y con gran meticulosidad cambió todas las letras de sitio.

Y salieron otras consignas. Y más consignas de esas consignas. Y Miércoles perdió un poco la cabeza. Y los ilustres fanzineros también la perdieron reinterpretando las reinterpretaciones a su antojo, haciendo dibujitos, textitos y cosas por el estilo…

Y así fue como la dislexia se hizo blog.

Con sólo 16 letras mutantes.

Pam.


Ratas de Barcelona.
O lo que es lo mismo:





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